Hola a todos.
El domingo pasado, en compañía de parte de un grupillo de X’s (Peña motera “La tostá”, del cual ya me siendo parte) nos fuimos a hacer una rutilla no muy larga (unos 160 km. ida y vuelta), suficientes para disfrutar un rato de la carretera y volver a tiempo de refrescar nuestra sedientas gargantas.
Eran las 9’45 hs. cuando salíamos de Linares, un total de 5 motos (cuatro X9 125 y mi X8 250) y 8 moteros rumbo a Tíscar (en la Sierra de Cazorla).
La ida fue muy muy tranquila, con parada incluida para hacer honor al nombre de la Peña y desayunar una buena “tostá”. Carreteras de todo tipo, la mayoría con buen asfalto y una subida al puerto de Tíscar que a mí, personalmente, me encanta, ya sea en moto (que ha sido la primera vez) como en coche (que han sido unas cuantas veces).
Una vez en el destino estuvimos visitando el Santuario de la Virgen de Tíscar y la Cueva del Agua.
Estas son las vistas al coronar el puerto de Tíscar
Ya estamos en Tíscar
Este es el Santuario
Y junto a él las 5 monturas con sus respectivos “jinetes”
Algunas vistas más de la zona
Como unos 300 metros siguiendo la carretera nos encontramos con la entrada a la Cueva del Agua. Se accede a ella por un túnel de 1 metro de altura y algo menos de ancho, de una longitud de unos 20 metros. Para muestra un botón:
Y esto es en el interior de la cueva
Y aquí estamos los que fuimos (excepto el fotógrafo):
Por último, una más de las motos
La vuelta discurrió a un ritmo más alegre (nos cerraban el bar, jeje). Como anécdota, justo cuando nos disponíamos a salir del Santuario, donde habíamos dejado las motos, y al incorporarnos a la carretera, nos encontramos una ruta ciclista que pasaba por delante de nuestras narices, por lo que tuvimos que volver por una ruta alternativa. Por ella nos encontramos con trozos bastante malos de asfalto, muy y muy mal parcheados, pero nada que nuestras X’s no superaran con nota alta.
Y bueno, esto es todo. Espero que no os hayáis aburrido mucho (lo mío no es la narración, jeje).
Un saludo.
P.D.: Llegamos a tiempo de ir a “Casa Miguel” a dar de beber al sediento.