REGRESO. 2ª ETAPA. Andermatt (CH) - GRENOBLE (F)
Hoy tengo prevista una ruta "corta", unos 400 km más o menos. La idea inicial es dormir en las cercanías de Chamonix, célebre por la cercanía al Mont Blanc. Estoy mentalizado para que la última etapa, la de llegada a casa va a ser una jornada maratoniana de más de 1.000 km. Por ello, hoy pienso parar mucho y saborear cada vista. Sé que el Furka siempre tiene mucho que ver, y no me refiero sólo al paisaje. Ya lo vereis.
Ayer ha llegado hasta a nevar ligeramente. Cuando bajaba del Oberal ya no era agua lo que me caía. Agradecí que los radiadores del hotel funcionaran esa noche. El clima en estas latitudes es extremadamente variable. Así que esperaba que cuando me despertara hoy, un sol radiante me diera los buenos días. San Sisebuto, del cual ya me había hecho amigo en la primera etapa de la ida, y yo, ya éramos íntimos; por lo que escuchando mis plegarias, obró el milagro y me regaló el mejor día climatológicamente hablando de todo el viaje.
Voy al establo a por la moto, reviso ligeramente neumáticos, cadena y una nueva mirada a las heridas de guerra de ayer con el cubo en Austria. Todo Ok. La dejo cargada y a disfrutar del generoso desayuno.
A las 8.30 de la mañana, radiante, pero aún fresca, abandono lentamente Andermatt. Un estrecho y verde valle, con un manto verde que parece un campo de golf hace que la visión parezca una postal . Verde de la hierba, azul del cielo, blanco de las cimas del fondo y negro del asfalto. El paraíso.
Me recreo en cada metro de carretera, en cada curva , en cada perspectiva conforme voy alcanzando altura para coronar el Furka. Paro varias veces para sacar fotos y grabar video. Las tornantes se suceden mezcladas con curvas de todas las trazadas posibles para deleite de cualquiera que disfrute con la conducción.
Nuevamente me voy encontrando "aparatos" inverosímiles viajando. Desde un autobús de los años 30/40 de aquellos con morro alargado y escalera para subir al techo, pintado de amarillo chillón y pegatinas de flores convertido en autocaravana para algo así como una comuna de hippyes, hasta un inglés con una Norton de cuando no había tren. Tres GoldWing con remolque, otra GoldWing "trike", con remolque también, pero en este caso ¡¡¡ UN REMOLQUE TIENDA DE CAMPAÑA ¡¡¡. En la baca que suelen llevar las tapas de estos remolques, lo tíos llevaban la mesa, las sillas, las hamacas. Sólo les faltaba el sillón orejero. Llega un momento que no le puedes sacar fotos a todo; sobre todo porque casi siempre te pilla conduciendo.
Paro a tomar un café en el glaciar y veo llegar una Honda Repsol Réplica, matrícula suiza, con un tipo con un mono, botas , casco, etc, réplica de Valentino Rossi, (incluído "THE DOCTOR" en el culo). Antes de llegar se le oía subir el puerto y os puedo asegurar que no sólo era fachada. Subía muy rápido. Cuando se quitó el casco me quedé muy sorprendido. Le calculo unos 65 años. No pude evitar filmarle disimuladamente con la videocámara. Me corté para sacarle fotos.
Apuro lo que me queda de descenso y llego Glestch. Un denso humo y un olor característico me lleva a mi niñez. Hacía tiempo que no recordaba algo así. Un pitido más característico aún, acompañado de un resoplido inconfundible me confirmaron lo que era antes de verlo. Una bellísima locomotora de vapor en un estado impecable se acercaba lentamente a enganchar unos vagones que completaban el regreso al pasado. Cuando aún no me había repuesto de la sorpresa, veo una especie de Fórmula 1 aparcados, con matrícula, inglesa para más señas, dos ejemplares. En ese momento llegan sus propietarios casco integral en mano. se suben arrancan y... !! Dios !!, ¡Cómo suenan! Tuve muy poco tiempo para fotografiarlos y menos para grabarlos. Aún así grabé la fulgurante salida del segundo enfilando la primera rampa ya del GrimselPass.
Estaba disfrutando tanto, que no me apetecía nada avanzar este día. Así que decidí que a la GP un puerto de dos mil y pico metros más o menos , le iba a dar igual y no me lo tendría en cuenta. Cuando no llevaba más de 5 curvas del Grimsel, me pasan Stoner, Rossi, Pedrosa y Lorenzo. Digo yo, porque verles era imposible, y rápido iban un rato. Sin ninguna concesión al turismo, estos suizos se sabían la carretera como el salón de su casa. Estos iban a lo que iban. Nada de viajar. "A estos no te acoples, René", pensé. Aunque si yo no fuera con equipajeeee... jejeje. No soy capaz de contenerme ni cuando sé que me van a machacar. Afortunadamente, cuando completé la intendencia para este viaje, monté el sentido común de serie. El primer derribo claro y neto debía constar en la carlinga de mi avión.
No me había repuesto aún "del baño que me habían pegao", cuando oigo entre el eco de las montañas unos bramidos , (muchos), que asustaban. No sabía por dónde me iban a atacar; si por la espalda o de frente. Pero realmente impresionaba. De repente, veo que la curva que aún no he empezado a negociar a izquierdas se llena de algo así como lo que ves en la primera curva de la salida de un GP de F1 . Todo lo negro ocupado por extraños vehículos como los que había visto en Glestch. Yo había visto dos. Ahora era una legión y además mezclado con motos HI-SPORT. Vamos , a estos los pilla una pareja de nuestros patrios GC y tienen que ir a por bolígrafos tres veces para poder poner tanta multa. Y de ITV´s ya, ni hablamos. Acongojado, arrimo a la derecha besando por segunda vez en este viaje el escapulario, y miro a ver cuántos se despeñan en la siguiente tornante que tienen en frente; la que yo avcababa de tomar. Humo de goma quemada, apuradas de frenada imposibles, coches (o lo que fueran) cruzados.... Pero no se tocan los tíos. Sigo subiendo diciéndome para mis adentros "soy un matao, soy un matao, soy un matao...".
Ensimismado con tan constructivos pensamientos llego arriba. saco fotos, me recreo en mis recuerdos de la última vez que había estado aquí, hace bastantes años ya con mi mujer y mi fiel BMW "boxerdelasdetodalavida", y al poco rato, decido que ya he perdido demasiado tiempo hoy y que es hora de regularizar la media del día. Bajo de nuevo hasta Glestch, y desde aquí sigo bajando decenas de km , muchos km hasta Briggs. En cuanto puedo me meto en la autopista y dirección Martigny para esta vez, en lugar de volver por el Grand San Bernardo hacia Italia, subir el Col de La Forclaz hacia Francia.
Otro saco de tornantes. En la subida, paro a comer y disfruto mientras repongo fuerzas de lo que veo pasar. Un sonido muy familiar, pero ya escaso hoy se acerca, subiendo, sufriendo, con su orquesta de varillas, balancines y ruido de admisión y escape, delatando la romántica hazaña de un Citröen 2CV con su techo de lona abierto y cargadito cargadito de equipaje. Una simpática pareja francesa que me saludan cuando pasan a velocidad "supersónica" a mi lado.
Bueno; ya hemos comido. Ahora un café en la cima con un purito, fotos y tal y a repostar en la primera gasolinera, que estoy a punto de entrar en Francia. A estas alturas los repostajes ya son puro trámite. Así que poco a poco, llego a Cahmonix. Su inconfundible "Maag de glasée", lengua de glaciar, me saluda e invita a que la inmortalice antes de que el calentamiento global acabe para siempre con ella.
Es temprano. Aún puedo hacer algunos km más. No me pongo objetivos de distancia. Simplemente, dentro de una hora busco hotel. Esté donde esté.
Pues menos mal. porque cuando estaba a 31 km de Albertville, una desviación por los detrozos causados por las lluvias, me hacen dar un rodeo que los convierten en más de 100 con dos puertos en toda regla por el medio. Empiezo el primero tranquilo, pero cuando veo en el mapa, lo que me voy a desviar empiezo a apurar, primero por necesidad y cuando diviso en el punto de mira tres motos, luego por placer. La misma táctica de siempre. Primero estudiar a la presa, aunque estos, en cuanto han visto mi luz en sus retrovisores han aumentado claramente su ritmo. No es plan de arriesgar. Así que me lo tomo con calma. Tengo que tenerlo muy claro. Eso sí; en cuanto tenga una oportunidad... hachazo. Al primero le adelanto abriendo gas primero y por traccionabilidad pura a la salida de una tornante en rampa; al segundo inmediatamente después al cogerle el lado bueno por el interior, y el tercero, me deja pasar sin ofrecer resistencia. Van los tres en pareja y también llevan lo suyo de equipaje.
Después pillo a unos pirados, porque hay que estarlo para ir por esas carreteras con unas custom sacadas de EASY RYDER con horquillas imposibles de largas y manillares "cuelgamonos". Las van pasando de "a Kilo". Pero se lo toman con filosofía y son enrrollados. Hasta el punto que, viniéndoles justo con las dos manos para controlar sus engendros, aún se juegan el pellejo soltando una mano para saludarme cuando les adelanto sin problemas.
Al fín llego a Albertville. Lo paso y a partir de ahora a buscar hotel. Cuando ya me habían dicho no cuatro veces, me dije: Bueno, al fin y al cabo he venido cargando con saco y tienda para algo. Así, me dispuse a pasar la única noche que pasé en camping. Ya había pasado Grenoble y al menos la lluvia parecía que no me iba a jugar una mala pasada hoy.
Estrenaba saco con colchón autohinchable integrado, y tienda de campaña. hacía muchos años que no acampaba y temí verme buscando manual de instrucciones. Afortunadamente, no tuve problemas. Rutinaria revisión a la Gilera. Como siempre, ni una gota de aceite. Sólo un poco de grasa para la cadena. Con soldados así, cualquier guerra es buena.
Un poco más tarde la fotos de esta entrega.